martes, 30 de diciembre de 2014

2014

Hace mucho que no me sentaba a pensar en qué tanto había pasado en un año, quizá por odiosa y no querer poner esas reflexiones cursis. Ahorita —sin querer- caigo en cuenta que el 2014 ha sido uno de los años más significativos de mi vida, supongo que parte del chiste de la vida es eso: hacerla cada vez más interesante, que cuente más. No todo se puede contar porque la vida—creo- también es eso, tener de qué secretear contigo mismo, creo. Aunque no todo fue bueno, seguro sí fue significativo:

Me gané una beca, al fin vi a Silvio Rodríguez—aunque me quedó debiendo-, decidí irme a vivir con mi novio, renté un departamento mucho más bonito que el anterior, me asaltaron, fui a ver a Sixto Rodríguez, empecé a vivir con mi novio, me pagaron por ser correctora de estilo, me fui a vivir mes y medio al DF por la beca que me dieron, "estudié" en la UNAM ese mes y medio, amé mi soledad, regresé a Tijuana, vi a Arcade Fire, me teñí de rubia, me perdí de ver a Paul McCartney, comencé mi tesis, aprendí que por más que quiera a alguien no tenemos que estar juntos, me teñí de morada, vi a Calle 13, vi a Juanes —no cambio, no cambio- por vez número nolesvoyadecir por primera vez en 11 años en mi ciudad, tuve tres trabajos y universidad al mismo tiempo, perdí "amigos, gané otros, fui a Guadalajara a la FIL, ¡al fin la pinche life changing FIL!

Me quedo con todo, lo lindo y lo horrendo, trato de aprender, siempre aprender. Me quedo con quienes me abrazaron y con quienes compartí todo lo bonito, las pláticas y los tragos, ojalá que yo le haya dejado algo a este año y no sólo él a mí.

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