lunes, 15 de julio de 2013

¿Qué deja el amor cuando se va?

Responder la pregunta que le da título a este post parece sencilla: Deja dolor. Y sí, pero, ¿qué más? No estoy hablando de los primeros meses, esos llenos de lágrimas, de preguntas sin respuesta, de noches sin dormir y vacíos en el estómago. Hablo de cuando el amor por ambas partes se fue, cuando ya no duele. Hablo de las cicatrices que deja.

Puede suceder meses o años después, pero termina haciéndose presente cuando un nuevo amor está a la vista. El ex amor es celoso y pasa a saludar a recordarte que ahí estuvo, sale a flote y te recuerda que alguna vez confiaste y te defraudaron. Te recuerda que el amor eterno no existe y que los "parasiempres" son para un ratito. Te recuerda qué tan vulnerable eres cuando se quiere de verdad, te recuerda que puedes caer.

¿Qué deja el amor cuando se va? Miedo.

martes, 9 de julio de 2013

Habitar

Me formé de momento, no sabía quién era, dónde estaba ni cuál era mi camino. Creo que había otras igual a mí allí dentro y digo creo porque nunca me vi pero no tenía por qué ser distinta. Ellas no hablaban, estaban silenciosas, en su rostro veía tristeza. Todas iban saliendo poco a poco, ¿a dónde iban? No sé, nunca ninguna regresó para contármelo. En cambio yo no podía salir, y veía que a otras les pasaba igual. Descubrí que unas sí hablaban y nos unimos, eran pequeñas y acuosas. Juntas decidimos que no podíamos seguir ahí, teníamos miedo de morir al salir de ese lugar que tan bien nos albergaba.

Encontramos un lugar oscuro, cálido, húmedo-como nosotras- y lleno de eco, he oído decir que los que viven afuera lo llaman garganta y he descubierto que aquí habitan las ganas de olvidar lo que no se olvida.

sábado, 6 de julio de 2013

Día a día

"Caminante no hay camino, se hace camino al andar" -J. M. Serrat

Los "siempres" son probablemente una de las mentiras más grandes que se han inventado. ¿Cuántas veces no hemos tenido un "amor de la vida" con el que vamos a estar "para siempre"? Y casualmente esos son esos los amores más cortos, "amores eternos" de 2 semanas.

Yo decía que me lastimaron pero lo cierto es que fui yo la que se dejó lastimar pero aprendí, a la fuerza pero sí. Aprendí que el pasado te forma pero no te determina y que querer no es un error, al contrario. Aprendí a querer poco a poco, con cuidado pero sin dolor. 

Yo aprendí y no espero eternidad, ni querer para siempre, yo -a él-doy "por ahora" diarios, formando caminos.

sábado, 20 de abril de 2013

Hace un año.

Toma tanto tiempo comprender, mejor dicho: perdemos mucho tiempo intentando comprender lo incomprensible, lo que no estuvo en nuestras manos. Durante un año me he estado preguntando qué pasó, jamás lo supe. Durante un año he ido pegando los pedazos de mí que permití que dejaran por ahí tirados. Durante un año he ido recuperando la fuerza que perdí caminando por una senda llena de laberintos, que no llevaban a ningún lado.
Hoy no extraño pero sí recuerdo. Ya no dueles pero sí duele. Duele como un hueso que me lastimé hace tiempo, que cala cuando hace mucho frío, recordándome que alguna vez me rompí.




domingo, 10 de febrero de 2013

Del vegetarianismo, casi vegetarianismo o lo que sea.

Mucha gente deja de comer carne por los animales, que si sus derechos, que si te hacen daño, que si esto, bla bla. Yo no, al menos no en un principio. En enero del año pasado dejé de comer carne roja por mero reto, en ese entonces andaba con un tipo que no comía carne roja y no podía entenderlo. No podía entender cómo había aguantado más de medio año andar con alguien-o sea yo- que se comía unos cortes enormes de carne, ¿cómo chingados no se le antojaba? Entonces me dije: no debe de ser tan difícil y me propuse dejar de comer carnes rojas un mes. La primera semana fue horrible, HORRIBLE. Mi mamá hizo birria, fui a dos carnes asadas y yo babeando mientras me comía cualquier cosa. Los días posteriores no fueron tan malos, tan no fueron malos que ese mes de "reto" se extendió y ahora llevo casi 14 meses sin carne roja y 2 sin aves.

El no comer carne trae muchas ventajas pero yo no soy una promotora del vegeterianismo-o casivegetarianismo porque sí como pescado- así que no lo haré. Claro que con el paso del tiempo ves muchos documentales y lees del tema. Sí,  me molesta cómo tratan a los animales y es una razón por la cual no me los como. Entre otras muchas razones que tengo para no comer carne es  que ahora no me puedo imaginar comerme un animal con el que siento empatía. Sí sí es muy cursi pero es la verdad, ya no puedo. Aunque algunas veces se me antoje, sobre todo cuando voy con alguien a los tacos y huelo la carne al carbón y yo, comiendo una quesadilla con guacamole.

Lo más chistoso de no comer carne es la reaccción de la gente cuando se entera. En verdad, parece que estás diciendo que secuestras niños, los torturas y luego te los comes. Las preguntas son chistosas "¿cómo aguantas?", "¿qué comes?"(como si no hubiera naaada más que carne para comer en este mundo), "¿No te deprimes?"(suena ridículo pero sí, me lo han preguntado). La reacción siguiente es intentar antojarme la comida. Tres cuartos de las cosas no se me antojan así que no hay problema pero es chistoso ver cómo intentan.

Por otro lado hay amigos que se burlan, se burlan porque yo era una persona que se comía todo, literal TODO. Era fan del chicharrón prensado, los tacos de tripa, carnitas, al pastor, cochinita pibil, asada y en general los tacos. Sí, después de más de un año todavía hay amigos que no entienden cómo le hago y francamente creo que nunca, nunca lo van a entender.  

Hay gente que cree que los voy a tratar de convencer, hay un dicho muy sabio, un proverbio chino seguramente que dice "Cada quien hace de su culo un tambor y deja que se lo toque quien quiera" pues esa frase también la aplico en la alimentación; que cada quien haga lo que le venga en gana. La última y más chistosa reacción es la gente que de disculpa por comer carne frente a mí o me pregunta que si no me molesta ja ja ja, sí así: "Oye, ¿pero no te molesta si pido carne?" .

En fin, no sé si dure toda la vida con este régimen alimenticio pero mientras dure seguramente me seguiré encontrando con algunas expresiones chistosas que por acá escribiré.



¿Ven?, ¿cómo me voy a comer algo así?

martes, 5 de febrero de 2013

Caer en tu propio juego.


Te crees tan dueño de tus sentimientos, es fácil sentirte dueño de tus actos, sí, ¿pero de tus sentimientos? La vida te da golpes, caes en hoyos en los que tú decidiste pasar al lado y sabías que el riesgo era caer.Te gusta diseñar juegos, juegos donde según tú siempre vas a salir ganando porque te crees lo suficientemente conocedor, incapaz de perder.

¿Qué pasa cuando pierdes, cuando caes? aceptarlo es la parte más difícil, admitir que no eres especial, que eres como todos los demás y que tú también resbalas, pierdes la mesura y sientes. ¿Hasta qué punto el cerebro influye en el corazón? te lo has preguntado muchas veces, cuando te diste cuenta que ya no puedes darle marcha atrás al tiempo y sabes que lo que sientes no va hacia ningún lado porque era parte del juego que tú diseñaste, donde los sentimientos no tienen lugar. Lo único que queda ahora esperar, esperar que pasen los días para que todo se vaya desvaneciendo como ya ha pasado antes, como ya se han borrado otras historias y personas.


miércoles, 16 de enero de 2013

La peligrosa escalera.

Hace no mucho tiempo platicaba con un amigo sobre las relaciones sexuales/amorosas, le decía que yo veía tres caras; sexo, enamoramiento y amor. Él me decía que creía que había una más, no lo debatimos mucho pero me pareció bastante cierto, a esta etapa él la llamó "enamoriqueamiento". Desde hace unos días quiero compartirles la teoría, hoy tuve una buena plática donde salió el tema así que acá van.

Hay que empezar diciendo que lo "peligroso" de esto es que es una escalera y si no se tiene cuidado se va subiendo; a veces, sin querer.

Sexo: Pues, supongo que no hay mucho por explicar, amigos, conocidos que por equis o ye razón terminan compartiendo cama. Es obvio que en algunos casos hay amistad y hasta cierta complicidad pero hasta ahí, nada de mariposeos ni emociones, acostones casuales.
Enamoriqueamiento: Creo que ésta es muy común, salimos con alguien, nos gusta, nos emociona, hablamos seguido, leve romanceo, cogemos, la la la, ¿y si termina? si termina no importa, puede que se conserve la amistad, puede que termine pero no pasa a mayores. Nadie sufre, nadie se lamenta.
Enamoramiento: Es práctiamente lo mismo de la anterior con la graaaaaaan diferencia de que aquí uno se involucra más fuerte. Hay una complicidad más intensa, una conexión, hay cosas que empiezan a lastimar. En resumidas cuentas la persona nos importa más y por eso si se termina duele y ay, cómo duele.
Amor: El más complicado de explicar, ¿quién soy yo para decir lo que es el amor?, si empezara a describir lo que es me quedaría aquí toooooda la noche. Pero bueno el amor es eso que sólo con el tiempo, ganas y un chingo de enamoramiento se va construyendo.

Asumo que a más de uno les habrá pasado que subieron sin pensar esta escalerita, ¿no? Y bueno, los últimos dos no sólo implican gozo, pero como bien dice Drexler "y aunque parezca mentira tu corazón va sanar y va a volver a quebrarse mientras le toque pulsar", así que a besar, coger, abrazar, sentir, arriesgarse que-hasta donde se ha comprobado- sólo se vive una vez.




sábado, 12 de enero de 2013

Porque siempre es mejor llegar.

Ellos sabían que tenían que dejar las cosas de lado; una cosa es el mundo, y otra son ellos. Decidieron que debían tomarse un tiempo, un retiro, irse. Rentaron una camioneta una que lo soportara todo-incluso la nostalgia que seguro los invadiría en algún punto del viaje- en un principio él manejaba mientras ella se encargaba de la música. Disfrutaron cada uno de los paisajes, era un camino largo, no sabían su destino. Iban a quedarse donde ellos supieran que valía la pena disfrutarse. Los planes no iban bien dentro de sus vidas. Recorrían largos tramos de carretera que en su mayoría estaban a la orilla del mar, paraban a comer en lugares pequeños y a disfrutar de los atardeceres fríos con la brisa del mar en la cara.

Prácticamente no durmieron, sólo un poco en el auto, iban turnándose para manejar. Ambos tenían sueño pero el miedo a perderse era más grande. Tenían miedo de desperdiciar el tiempo, de no aprovechar cada segundo.

Finalmente llegaron a una playa muy fría, una donde el mar se veía tan hermoso; podía curar cualquier mal. Rentaron una cabaña, ella abrió una botella de vino, sirvió dos copas mientras él ponía música y encendía la chimenea. Se sentaron, él la tomó de la mano, le sonrío y le dijo«hoy vamos a ser felices».Ella lo besó, dejó de lado su copa y comenzó a quitarle la ropa, quería sentir con sus labios cada centímetro de su cuerpo. Él hizo lo propio, le besaba delicadamente los pezones, el cuello, la clavícula. Se sentían desesperados, necesitaban sentirse en cada movimiento. Al terminar se abrazaron y se taparon, estaban ahí frente a la chimenea sintiendo que no había nada más; estaban ellos, ahí. Durmieron, al fin durmieron.

Pasaron días y noches así, ella le cocinaba a él y viceversa. Bebían vino, a veces güisqui. Salían a dar caminatas por la playa, veían el atardecer. Escuchaban música, pasaban largos ratos en silencio porque habían entendido que su silencio también es una forma de comunicarse. Sus ojos se comunicaban.

Ellos tenían un límite de tiempo, sabían que debían regresar a casa. Ella manejó hasta el aeropuerto donde él compró los pasajes de los dos, iban a lugares distintos. El avión de ella partía primero, se besaron, se abrazaron, las lágrimas corrían por sus rostros. Ella le dio una nota, lo tomó fuerte de la mano y se fue. Él veía cómo ella se alejaba, bajó la mirada y abrió la nota «Discúlpame por haber llegado tan tarde a tu vida, o tan temprano».







lunes, 7 de enero de 2013

Chau año.

Como cada año éste llega con sus infinitas posibilidades de cambiar, dejar de lado lo que el pasado no nos gustó. El 2012 me dejó tanto dolor, de ése que carcome absolutamente todo, nunca algo me había hecho sentirme así. Recordar ese dolor es darme cuenta de lo viva que estoy, sufrir me hizo ser humana, me hizo ser fuerte. Dos mil doce me hizo darme cuenta de lo capaz que soy para tantas cosas, me dejó el concierto que durante tanto tiempo anhelé, nuevas amistades, viajes, metas pero sobre todo esto predomina el dolor que me quitó el sueño, el hambre y a veces hasta las ganas de vivir. Me dejó también las ganas de que se quedara en el olvido porque en definitiva ha sido el peor año hasta ahora. Me enseñó que olvidar es la única forma de perdonar.

 Este nuevo 2013 trae con él esperanzas, promesas, reencuentros y sobre todo sorpresas que me hacen darme cuenta que uno nunca debe de decir nunca.