domingo, 10 de febrero de 2013

Del vegetarianismo, casi vegetarianismo o lo que sea.

Mucha gente deja de comer carne por los animales, que si sus derechos, que si te hacen daño, que si esto, bla bla. Yo no, al menos no en un principio. En enero del año pasado dejé de comer carne roja por mero reto, en ese entonces andaba con un tipo que no comía carne roja y no podía entenderlo. No podía entender cómo había aguantado más de medio año andar con alguien-o sea yo- que se comía unos cortes enormes de carne, ¿cómo chingados no se le antojaba? Entonces me dije: no debe de ser tan difícil y me propuse dejar de comer carnes rojas un mes. La primera semana fue horrible, HORRIBLE. Mi mamá hizo birria, fui a dos carnes asadas y yo babeando mientras me comía cualquier cosa. Los días posteriores no fueron tan malos, tan no fueron malos que ese mes de "reto" se extendió y ahora llevo casi 14 meses sin carne roja y 2 sin aves.

El no comer carne trae muchas ventajas pero yo no soy una promotora del vegeterianismo-o casivegetarianismo porque sí como pescado- así que no lo haré. Claro que con el paso del tiempo ves muchos documentales y lees del tema. Sí,  me molesta cómo tratan a los animales y es una razón por la cual no me los como. Entre otras muchas razones que tengo para no comer carne es  que ahora no me puedo imaginar comerme un animal con el que siento empatía. Sí sí es muy cursi pero es la verdad, ya no puedo. Aunque algunas veces se me antoje, sobre todo cuando voy con alguien a los tacos y huelo la carne al carbón y yo, comiendo una quesadilla con guacamole.

Lo más chistoso de no comer carne es la reaccción de la gente cuando se entera. En verdad, parece que estás diciendo que secuestras niños, los torturas y luego te los comes. Las preguntas son chistosas "¿cómo aguantas?", "¿qué comes?"(como si no hubiera naaada más que carne para comer en este mundo), "¿No te deprimes?"(suena ridículo pero sí, me lo han preguntado). La reacción siguiente es intentar antojarme la comida. Tres cuartos de las cosas no se me antojan así que no hay problema pero es chistoso ver cómo intentan.

Por otro lado hay amigos que se burlan, se burlan porque yo era una persona que se comía todo, literal TODO. Era fan del chicharrón prensado, los tacos de tripa, carnitas, al pastor, cochinita pibil, asada y en general los tacos. Sí, después de más de un año todavía hay amigos que no entienden cómo le hago y francamente creo que nunca, nunca lo van a entender.  

Hay gente que cree que los voy a tratar de convencer, hay un dicho muy sabio, un proverbio chino seguramente que dice "Cada quien hace de su culo un tambor y deja que se lo toque quien quiera" pues esa frase también la aplico en la alimentación; que cada quien haga lo que le venga en gana. La última y más chistosa reacción es la gente que de disculpa por comer carne frente a mí o me pregunta que si no me molesta ja ja ja, sí así: "Oye, ¿pero no te molesta si pido carne?" .

En fin, no sé si dure toda la vida con este régimen alimenticio pero mientras dure seguramente me seguiré encontrando con algunas expresiones chistosas que por acá escribiré.



¿Ven?, ¿cómo me voy a comer algo así?

martes, 5 de febrero de 2013

Caer en tu propio juego.


Te crees tan dueño de tus sentimientos, es fácil sentirte dueño de tus actos, sí, ¿pero de tus sentimientos? La vida te da golpes, caes en hoyos en los que tú decidiste pasar al lado y sabías que el riesgo era caer.Te gusta diseñar juegos, juegos donde según tú siempre vas a salir ganando porque te crees lo suficientemente conocedor, incapaz de perder.

¿Qué pasa cuando pierdes, cuando caes? aceptarlo es la parte más difícil, admitir que no eres especial, que eres como todos los demás y que tú también resbalas, pierdes la mesura y sientes. ¿Hasta qué punto el cerebro influye en el corazón? te lo has preguntado muchas veces, cuando te diste cuenta que ya no puedes darle marcha atrás al tiempo y sabes que lo que sientes no va hacia ningún lado porque era parte del juego que tú diseñaste, donde los sentimientos no tienen lugar. Lo único que queda ahora esperar, esperar que pasen los días para que todo se vaya desvaneciendo como ya ha pasado antes, como ya se han borrado otras historias y personas.