El insomnio y la soledad son ahora mis fieles acompañantes. Mis amigos han tratado de sacarme adelante y se los agradezco, agradezco con el alma a quienes me leen y saben como me siento, a mis amigos que diario hacen el intento por robarme sonrisas, por hacerme sentir bien, pero al final llego a esta terrible verdad... a mi inmensa soledad.
Esa soledad te permite vivir pero siempre está allí recordándote por medio de un dolor en el pecho que hay algo que no está bien. El insomnio es algo que no conocía y ahora vive a mi lado, vive a mi lado recordándome que al dormir no se olvidan los problemas. A veces creo que me quiere proteger, protegerme del sueño, de esos estúpidos sueños que al despertar me confunden con la realidad.
Me resisto a sentirme así pero como dice Inzunza "ay soledad... será que somos y no lo quiero aceptar: tal para cual?"
Mi canción favorita en este momento es la canción que no puedo escuchar mucho, pero la siento muy mía. Mía así como mis lágrimas, mi soledad, mis letras, mis anhelos, mi insomnio, mi dolor... la siento casi tan mía como él decía ser de mi.
¿Qué hago? corro, vuelo, salto,
te salgo a buscar...
¿Qué hago? cierro la ventana
y te empiezo a olvidar...
¿Qué hago con la desesperación
de no encontrar
la manera de llegar
hasta donde tu estas?
Qué hago con la sensación de inmensa soledad?
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martes, 15 de febrero de 2011
jueves, 10 de febrero de 2011
Tristes cosquillas
Me presentaron esta rolilla el martes y guau. es mi hit del momento..
amé amé amé el texto del principio.
Bastó un dedo tuyo entre mis hombros
para que mis párpados cedieran y quisieran abrazar mis lágrimas,
no tardé mucho en quererte contemplar toda la noche
y entender que estarías allí más de lo que estuviste
y te ganaste mis manos que te regalaron
sus ganas de alimentar tus lunares con azúcar y mandarinas por la mañana,
allí quedaron tus cigarros que no fumé porque era demasiado linda la ansiedad de recordarte.
(maldita ansiedad)
amé amé amé el texto del principio.
Bastó un dedo tuyo entre mis hombros
para que mis párpados cedieran y quisieran abrazar mis lágrimas,
no tardé mucho en quererte contemplar toda la noche
y entender que estarías allí más de lo que estuviste
y te ganaste mis manos que te regalaron
sus ganas de alimentar tus lunares con azúcar y mandarinas por la mañana,
allí quedaron tus cigarros que no fumé porque era demasiado linda la ansiedad de recordarte.
(maldita ansiedad)
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